viernes, 18 de enero de 2013

La Nariz de Oro, y el conocimiento del vino.


Paco participó esta semana en los semi-finales del Concurso Nacional "La Nariz de Oro":  aquí, tenéis el reportaje de su experiencia: 

 Tengo que reconocer que mi nariz no es de oro, si tengo que compararla con algún metal seria de hojalata, visto el éxito obtenido en este concurso en el cual acabo de participar.

El concurso es bien sencillo,  primero se analizan  las características de cuatro vinos tintos en sus fases visual, olfativa y gustativa, así como denominación de origen, lugar, pago, bodega, elaboración, añada y todos los demás parabienes que contienen estos vinos.
Después se trata de averiguar un vino de los cuatro solamente con el olfato, este vino se encuentra en una copa negra, negrísima donde si no es por el peso no sabrías si contiene líquido o no.

La enóloga que hizo el análisis de los vinos insistió en una característica especial de cada uno de ellos; el primero "Goloso" el segundo "Mentolado-Chocolate" el tercero "Especias-Dulces" y el cuarto "Tiza", esto nos daría pistas para identificar al maldito vino.

Aquí es donde ya empecé ha hacerme un lio, ¿a que huele "goloso"?, todavía si me dejasen probar, pero te descalifican si lo haces, el diccionario de la RAE define goloso en primera acepción: Adj. Aficionado a comer golosinas. !! Horror ¡¡ un vino aficionado a comer caramelos, ¿a qué mierda olerá un vino aficionado a comer caramelos?

El segundo vino lo tenía mas fácil "mentolado-chocolate" piensa me dije, algo que huela así !! Albricias ¡¡ un after eight, a este lo tengo cazado, como salga no se me despista.

El tercero esta chupado, "especias dulces" la vainilla olor característico del roble americano, pero a mí en la cata de prueba aquello me olía a una alfombra vieja polvorienta, ¿que hago si sale este, busco la vainilla o la alfombra vieja? además sentía el complejo de ir en contra de la enóloga y su amado vino con olor a vainilla y yo con mi nariz de hojalata oliendo a alfombra vieja, bueno en el peor de los casos buscare olor de alfombra vieja con olor a vainilla.

El cuarto sí que me causó problemas,  "tiza", intente recordar cuál era el olor a tiza, y lo único que conseguí fue ponerme triste recordando las horas de mi infancia sentado en un pupitre oyendo decir al maestro, aquello de, diez veces cien, mil, cien veces mil,  cien mil, mil veces mil un millón, ya está me dije: olor a tristeza.

Y con este bagaje me enfrenté a la copa negrísima, cuatro minutos por delante para oler y describir una nota de cata. La experiencia me dice que en el olfato la primera impresión es la buena y que cuanto más intentes profundizar más despiste tendrás. A sí que me concentre y mirando a la copa fijamente,  la  agarré y  acercándomela a la nariz aspiré profundamente... y aquello olía after eight que tiraba para atrás. No es posible me dije, no puede ser tan fácil, es una trampa, y volví a oler otra vez y ya no olía after eight, olía a una alfombra triste caramelizada. Me cago en la leche, me dije, y volví a oler otra vez, y esta vez el olor fue a tiza con vainilla; de pronto sonó una voz que decía -Queda un minuto-
! Joder que pongo ¡ A la velocidad de la luz pensé, el único que no es un olor  es el goloso, esta era la trampa, y puse que el vino era el Goloso, en treinta segundos describí el vino y santas pascuas.

Como podéis imaginar mi elección no fue la acertada, gano el after eight, y yo me quedé con cara de gilipollas.  Si hubiese hecho caso a mi nariz estaría en la final, ahora rectifico;  mi nariz si es de oro lo que es de hojalata oxidada es mi cerebro.   

Paco

jueves, 10 de enero de 2013

La historia de una Exposición


Para Nuria Jimenez Chamorro, la fotografía es mucho más que un simple hobby; es, como dice ella “mi forma de hacer arte”. 

“He tenido una cámara fotográfica desde los 11 años, nos ha contado Nuria, “ y me llevado más de una riña por el coste de tantos carretes que quise revelar hasta el punto que incluso intenté revelarlos con vinagre”.
 Su afición de niña la llevó a estudiar “su arte” y lo convirtió en un trabajo, detrás de una cámara de televisión.

Muchos de los vecinos de Hoyos del Espino ya conocíamos esta faceta de Nuria y nos alegramos de que por fin exponga sus fotografías. Esta  exposición, con el título  “Por esos Paseos que nos lleva a Lugaresespeciales” que se inauguró el mes pasado en nuestro pueblo tiene una historia muy especial. 

Nuria pidió una excedencia en su trabajo el año pasado para estar más cerca de su familia y en particular a su padre quien luchaba contra una enfermedad.  Nuria atendió a su padre y el negocio familiar, pero no dejó su cámara.  Paseó con su padre casi cada día, recurriendo pequeños rincones de los pueblos y paisajes de este Gredos que tanto quiere.  Sus fotografías son un testimonio de este tiempo especial con su padre. Montañas, pueblos, flores, cabras y gallinas, pequeños detalles cotidianos que Nuria nos hace ver de otra forma, con una magia especial.  Juntos apreciaban cada minuto que les quedaban, y lo que vieron, lo podemos ver ahora nosotros también

La exposición de Nuria se inauguró en Diciembre y Jesus, su padre, aguantó lo suficiente para asistir a su inauguración y escuchar los elogios merecidos a las fotografías de su hija.

Todavía podrás ver esta exposición tan especial durante este mes, abierto los sábados.  O pásate por el bar JJ, hogar de Nuria y su familia, y te informará de otros horarios posibles.

Donde  Nuria pone el ojo, pone su corazón.

Enhorabuena,
Paco y Teresa